Mis «amigos» de Facebook
Leía hace unos días un artículo de una entrevista a Juan Merodio donde hablaba sobre la “muerte” de Facebook. Como todo en la era digital: Nace, tiene un ciclo de vida, alcanza un periodo de madurez y, finalmente, se agota y muere. Que tarde más o menos tiempo dependerá del uso que hagan lo usuarios.
En cierto sentido estoy bastante de acuerdo con dicha afirmación. No sé si llegará al punto de muerte absoluta pero si al agotamiento por parte de los usuarios del día a día. Constantes cambios de algoritmo, publicaciones “dirigidas” por campañas de ads, invasión de un espacio personal por parte de las marcas… todo ese mix hace que el usuario empiece cada vez a sentirse menos cómodo.
Y es que un espacio concebido para el encuentro personal a acabado derivando en algo muy distinto.
Por un lado la invasión de las empresas tratando de hacernos “amigables” a toda costa sus marcas, productos o servicios. El “todo vale” y el “tengo que estar” mal gestionado que conlleva que haya un exceso de “ruido” que en nada favorece ni al objetivo que pretende conseguir la empresa en su estrategia de comunicación ni al usuario poniendo en valor a dicha marca, que la ve intrusiva en su espacio y que, en cierto modo, distorsiona su muro, su espacio social. Al hilo de esto no deberíais de dejar de leer este articulo de Territorio Creativo, muy interesante sobe el alcance de las publicaciones para empresas.
Por otro lado, el mundo paralelo que algunos “amigos” se montan en Facebook. Un mundo de excelencias, de vidas imaginadas, de éxitos… o de miserias, de vergüenzas, … en definitiva, de apariencias. Si, puede ser real como la vida misma, pero cuando uno se conecta a Facebook –o al menos en mi caso- trata de buscar a sus amigos, a los de verdad no a los que aparentan, a los que siempre se quejan. Trata de buscar aquella información de las empresas que pueda ser interesante, real… no aquella que te hacen consumir por los ojos.
Por eso Facebook ya no es lo que era en su origen… o al menos en el origen que creo que fue concebido y en el que todo usuario consideró que era en el momento de registro. Mis amigos, los de verdad, son los que están al otro lado del teléfono, los que están tras una llamada, los que aunque pase tiempo sin vernos físicamente parece que fue ayer cuando tuvimos nuestra última charla. Los de Facebook –mucho de ellos- son sólo conocidos… y es que hemos “relajado” mucho el concepto de amistad… y por tanto, el uso de Facebook ya no es el que era
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